Las cosas de palacio, van despacio
(Marie-Antoniette. Sofia Coppola, 2006) Ver tráiler

Por un lado, se agradece no ver la típica cinta de época; el personal estilo de Sofia queda patente en casi cada plano del film, y eso es algo que no pueden decir todos los realizadores, y menos los procedentes de Estados Unidos. María Antonieta es, ni más ni menos, que la visión personal que su directora tiene de la figura histórica. Coppola refleja, de forma bastante acertada y fresca para lo que nos tiene acostumbrado el género, la agobiante atmósfera de la corte de Versalles, con sus pequeñas intrigas, sus habladurías y sus excentricidades que terminan por absorber también a la joven reina. Una reina muy bien por intepretada por Kirsten Dunst, en la que posiblemente sea la mejor actuación de su carrera; aunque si hay algún actor que sobresale, ése es sin duda Jason Schwartzman, fantástico en su encarnación de Luis XVI.

Pero ni las correctas interpretaciones ni el personal estilo de la directora es suficiente para suscitar interés, por sí sólo, durante casi dos horas de metraje en los que, a excepción de momentos puntuales, "no pasa nada". El poder visual de la cinta precisa también de un "poder de contenido" que no tiene. Y cuando a una película le fata contenido, por muy bueno que sea el continente, falla. Es por eso quizá que el filme se hace lento, muy lento. No sabes si quizá Coppola habrá querido reflejar con ello aquel dicho de "las cosas de palacio, van despacio" pero en cualquier caso las cosas de palacio, normalmente tienen algún interés y más cuando fuera de las murallas se está desarrollando una auténtica revolución que cambiaría el mundo. Pero parece que esto no es algo que interese a la joven Coppola, que prefiere dedicar más planos a zapatos, joyas, pasateles y copas de champagne que a las hordas de revolucionarios que, a modo de castigo por su derroche, la llevaron a la horca.
Quizá ese plano final, foto fija del dormitorio de María Antonieta arrasado por los revolucionarios, sea un fiel reflejo del estilo de la autora. Otro punto de vista para mostrar la derrota definitiva de ese mundo lleno de excesos, pero diez minutos de coherencia no salvan los otros cien en los que a la vez que la joven reina derrocha dinero para su propio placer, la joven directora, derrocha presupuesto para su propio lucimiento.
Lo mejor: El retrato de las intrigas de palacio
Lo peor: Que se obvie tanto el contexto histórico
Puntuación: 6/10
Es cierto, desde luego es una versión q va a su bola x completo, Coppola pasa de hacer las cosas tal y como se ha de hacer, y como dices, divide la opinión con algo tan polémico. Para mí, se ha anotado un tanto, antepone su estilo a cualquier otra consideración y, desde luego, queda claro q personalidad no le falta.
Posted by
J.Álvarez |
24 prill 2007 në 2:05 e pasdites